¿ QUIENES SOMOS?
Somos jóvenes herederos de la importantísima tradición de lucha incesante que ha mantenido nuestro pueblo desde la configuración del primer movimiento insurgente que se asomo a la historia nacional, somos hijos de este pueblo que aunque cansado, aún se atreve a soñar en un futuro, no decimos mejor porque creemos que no ha habido espacio para pensar en un “mejor” en medio de tanta muerte y miseria, sinceramente creemos que es pertinente decir que solo eso sueña nuestro pueblo, un verdadero futuro, tangible, real, un futuro que sabe a leche para los niños del Chocó, que sabe a calidad educativa para los compañeros universitarios, que sabe a justicia para los compañeros encarcelados o asesinados por el régimen, mejor dicho que sabe a la miel de la victoria que ansiamos las mayorías de nuestro país; y en este sueño nuestro principal deber es mantenernos como centinelas, siempre prestos a avanzar en su consecución, siempre prestos a luchar por qué no se borren del horizonte los objetivos de la revolución, ni mucho menos de la memoria de las nuevas gentes que pueblan este valle de alegrías y tristezas.
Las juventudes del movimiento 19 de Abril -JM19, es una organización política clandestina de carácter popular, contra hegemónica, fundada en el principio de la horizontalidad ,democrática, autónoma y rebelde que opera en las instituciones de educación superior públicas y privadas de la nación, barrios populares e instituciones educativas de básica y secundaria buscando rebelar los distintos sectores políticos inconformes con las actuales formas de gobierno que configuran las comunidades con las que se comparten las muchas problemáticas que son el día a día de millones de colombianos con el objetivo de luchar por la recuperación del poder para la clase popular para ello se busca la consolidación de la Propuesta Nacional de Brigadas y la formación de cuadros que habrán de estructurar los Comandos de Acción Urbana.
El fundamento político de la organización recoge lineamientos ético-políticos del M – 19 como los afectos, la Unidad, la democracia y el ejercicio político como construcción permanente de propuestas de cara a las problemáticas del país. Al mismo retoma elementos teóricos y prácticos traídos desde otras experiencias latinoamericanas (FSLN, EZLN, FFMLN, MLN – Tupamaros, MIR – Chile) con los que se busca complementar, ampliar y redefinir un horizonte político adecuado al contexto nacional.
La Democracia Raizal es la bandera de lucha de la organización pues el momento histórico las señala como aquellas que son transversales a todas las luchas populares del país (Comunidades indígenas, clase trabajadora, campesinado, clase media en decadencia etc.) la primera hace referencia al proyecto de construcción de una democracia plena en nuestra nación restituyendo el poder a la gente, (Poder Popular) dándole la capacidad de decidir sobre los distintos aspectos que afectan su vida redefiniendo el concepto de la representatividad como manifestación de una voz que recoge y acata lo que dicen las voces de las mayorías a la vez que se construyen espacios reales de participación y decisión colectiva que permitan tomar partido en la solución de las problemáticas que afectan las comunidades.
Sobre el trabajo:
Básicamente el trabajo de la organización se orienta en dos vías, la vía interna busca formar de manera integral cuadros revolucionarios que operen en escenarios locales o micro políticos y la via externa busca que el trabajo se enfoque hacia la canalización de las distintas luchas reivindicativas que le apunten a la creación de una cultura política como derrotero de un proceso de emencipaciòn.
La vía externa busca trabajar en propuestas de organización alternativas, que reactiven la voluntad de lucha de las mayorías y que forjen caminos de acción conjunta con las demás organizaciones y sectores en lucha a través de la articulación y el consenso como ejercicio político para generar las condiciones previas de un proceso revolucionario caracterizado por la deconstrucción de los esquemas de pensamiento considerados como únicos e inmutables que sustentan las políticas de dominación y por la ruptura de las formas tradicionales de organización del Estado a través de la construcción permanente de escenarios alternativos de gobierno según las necesidades de cada contexto.
El trabajo de la organización no puede ser definido como trabajo de masas, en tanto la lectura política de la organización apunta hacia el trabajo focalizado y articulado con distintas comunidades con el que se busca entregarle al país un tejido social reconstruido que bajo el principio de la democracia le permita a las mayorías desarrollar formas alternas de entender la realidad nacional y asumir la responsabilidad política frente a la necesidad de transformación.
En la práctica lo que se busca con el trabajo es que a la vez que se desarrolla la dimensión política como proceso formativo se construyan estructuras de choque que respalden con la fuerza las decisiones, demandas y exigencias colectivas.
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